Más de medio millón de personas mueren al año por el calor extremo

17/12/2025 10:55:04

Línea Verde

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La incesante dependencia mundial de los combustibles fósiles y la alarmante lentitud en la adaptación a las dinámicas del cambio climático están cobrando un peaje devastador en la vida humana, la salud pública y los medios de subsistencia. Un análisis sombrío y exhaustivo lo confirma: esta inacción es directamente responsable de millones de muertes prematuras cada año, un balance que incluye la trágica cifra de 546.000 fallecimientos atribuidos únicamente a las altas temperaturas extremas.

Estos datos provienen del noveno informe anual de ‘Lancet Countdown’, el más completo hasta la fecha sobre la intersección entre la salud y el clima. Liderado por la University College de Londres y elaborado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estudio es obra de 128 expertos de 71 instituciones internacionales y agencias de la ONU. Su publicación, este miércoles, sirve como antesala crucial a la 30ª Cumbre del Clima (COP30) que comenzará el 10 de noviembre en Belém, Brasil.

Indicadores en zona de máximo riesgo

El informe introduce nuevas métricas clave para medir el impacto, registrando las muertes causadas por el calor extremo y el humo de los incendios forestales, la cobertura de espacios azules urbanos (ríos y costas), la financiación destinada a la adaptación sanitaria y la participación ciudadana en la acción climática. La conclusión es un grito de alerta: doce de los veinte indicadores clave que monitorizan las amenazas para la salud han alcanzado niveles récord. Esto evidencia cómo la inacción no solo cobra vidas y pone a prueba los sistemas sanitarios, sino que erosiona también las bases económicas.

La OMS y sus socios globales exigen que la protección de la salud humana se posicione como el motor principal para impulsar una acción climática decisiva. Jeremy Farrar, subdirector general de Promoción de la Salud de la OMS, fue tajante: «La crisis climática es una crisis de salud. Cada fracción de grado de calentamiento cuesta vidas y medios de subsistencia».

La oportunidad en la acción inmediata

Farrar no solo señaló el peligro, sino también la solución. «La inacción climática está matando personas ahora en todos los países. Sin embargo, la acción climática es también la mayor oportunidad de salud de nuestro tiempo», afirmó, destacando que un aire más limpio, dietas más saludables y sistemas sanitarios resilientes tienen el potencial de salvar millones de vidas de forma inmediata, protegiendo a las generaciones presentes y futuras. El informe deja claro que los sistemas naturales están al límite de su capacidad de amortiguación, haciendo imperativo un cambio de rumbo inmediato.

Calor extremo

El fracaso en la contención de los efectos del cambio climático está teniendo una repercusión directa y dramática en la salud global, según se desprende de un nuevo informe. La falta de control en la escalada de temperaturas ha provocado un incremento del 23% en la tasa de muertes vinculadas directamente al calor desde la década de 1990, elevando la cifra anual hasta alcanzar las 546.000 defunciones.

Los datos del último año ilustran la gravedad de la crisis. Solo en 2024, la contaminación atmosférica generada por el humo de los incendios forestales se relacionó con un récord de 154.000 muertes. Paralelamente, la salud pública se enfrenta a la expansión de enfermedades infecciosas: el potencial promedio mundial de transmisión del dengue ha aumentado un alarmante 49% desde la década de 1950, impulsado por el alza de las temperaturas que favorece la propagación de sus vectores.

La exposición al calor extremo también se ha disparado. El año pasado, una persona promedio estuvo expuesta a 16 días de calor peligroso que no se habrían registrado sin la influencia del cambio climático. Los grupos más vulnerables, como los bebés y los adultos mayores, encararon una situación aún más crítica, al enfrentarse a más de 20 jornadas de ola de calor, una cifra que cuadruplica la exposición experimentada hace tan solo dos décadas. Estos datos subrayan cómo la crisis climática se ha convertido en una emergencia sanitaria inminente y letal.

 

Redacción Ambientum

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